Érase una vez el número O que era discriminado por los demás porque era un número que no se nombraba. Siempre se decía "Yo tengo dos ojos" y no se decía "tengo cero ojos". Era muy despreciado: siempre estaba solo, le decían inmigrante o raro o algo como eso. Hasta que un día no fue más discriminado porque los demás dejaron al lado sus diferencias y se dieron cuenta de que todos son distintos.
Lucía Criado Rosas (1º B)
yo voto aa lucia jijiji
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